jueves, 3 de febrero de 2011

FELIZ AÑO DEL CONEJO Y ENERO 2011


Enero se ha evaporado a la velocidad del rayo… Hace algo más de un mes me moría por felicitar el año a todo el mundo que lee este blog, pero una cosa es felicitar con retraso y otra cosa es felicitar un mes más tarde… Me gustaría tener más control sobre mi tiempo e intentar hacer más cosas de las que hago… Con frecuencia me torturo pensando en todo lo que no me da tiempo a hacer, pero también es verdad que cada vez soy más condescendiente conmigo mismo y termino perdonándome con más rapidez y mayor eficacia… ¡¡¡Afortunadamente para mí hoy puedo felicitar el Año del Conejo a tod@s los que tengan filiación oriental!!!

Todos los años nuevos se convierten en una excusa perfecta para reorganizar las cosas, para respirar un poco y sobre todo, para darse una nueva oportunidad, al menos en mi caso. No sé lo que significará para el resto de los mortales, pero imagino que para todos aquellos que nos inventamos todos los días nuestra vida y que trabajamos en condiciones completamente inestables, coincidir con un momento en el que todo el mundo respira y todo el mundo se permite el vértigo del “año nuevo-vida nueva”, supone una especie de alivio compartido, incluso con todos aquellos que no tienen nada que ver contigo.

Por costumbre suelo cargar de demasiados propósitos de enmienda semejantes fechas, y con el tiempo he descubierto que cuantas más expectativas me genere mayor posibilidad de frustración, así que este año casi que no me propuse nada… Creo que lo único que me propuse fue organizar una gran fiesta para el año que viene. Una fiesta con todos los amigos con los que me gustaría estar, con todas las canciones que me gustaría bailar y con todos los modelos de fiesta que me gustaría estrenar… Después de tomar las uvas me acordé de toda la gente que quiero y al mirar la tele y ver el plató de Sálvame convertido en una enorme fiesta quise organizar un evento maravilloso de cara al año que viene. La última fiesta a lo grande en la que me involucré fue el año de la despedida de “La Moderna”, el disco-pub que regentábamos Felipa y yo a mediados de la primera década del siglo XXI.

Este año será el año del reciclaje, el año de reconducir un poco la dirección de mi carrera… Los últimos años han sido un no parar de proyectos en los que nunca hubiera pensado: Óperas, zarzuelas, autos sacramentales, etc. Estoy encantado de haber tomado contacto con géneros y formatos que nunca hubiera elegido de motu propio, pero necesito generar un proyecto que nazca de mis filiaciones más íntimas, algo en lo que me sienta cómodo desde el principio, algo que nazca de mí mismo y algo que me agite de la cabeza a los pies. Y para eso he decidido concederme un poco de tiempo…

Lo que acabo de explicar no significa en absoluto que me arrepienta de mis últimas experiencias, más bien al contrario. Estoy muy contento de haber penetrado en mundos un tanto crípticos para mí y haber conseguido entenderlos y hacerlos entender desde mi sensibilidad. De hecho hace unos días tuve una reunión que me garantiza la continuidad con la experiencia internacional de “La Rosa del Azafrán”, y yo encantado.

Lo que quiero decir es que me ha faltado tiempo para dedicarme a mí mismo, a los sueños que barajaba cuando todo empezó, a las motivaciones iniciales, al camino que yo quería seguir… Por ejemplo, hacía un par de años que no me dedicaba al reciclaje intelectual, así que este año he decidido volver a estudiar. Me encamino hacia los terrenos de las tesis doctorales y los cursos monográficos de las cosas que me interesan, pero también he recibido la invitación de dar clases de teatro en una nueva escuela municipal que ha nacido en Cuenca y, por supuesto que he aceptado. Así que con el equipo conquense tendré un estreno hacia mediados de Junio, y ya ando dando vueltas a todo lo que esto significa… Nunca me planteo las cosas desde el contexto sino desde el contenido. Me explico: No me importa si trabajo con profesionales o amateurs, si nos produce una productora, una Fundación o una Asociación Cultural, si el equipo es erudito o ignorante… Lo que me importa es qué generar con la energía de las personas que forman el equipo con el que trabajo, y canalizar de la mejor manera las cualidades con las que contamos en dicho equipo.

Lo dicho… ¡¡¡Feliz Año del Conejo!!!